BV cortaba cebollas para fugazzas en el cumpleaños de amigo, y tras lagrimear incesantemente después de las cuatro primeras, repentinamente, a la quinta, el torrente se detuvo dejándolo con una suerte de estado conjuntival exacerbado.

En ese preciso momento, y sin un por qué claro, el recuerdo de amores pasados lo golpeó haciendo que inmediatamente detuviera lo que estaba haciendo y se diera cuenta de que la vida le acababa de enseñar un secreto oculto que en el fondo, ya conocía.

Inmediatamente se dio vuelta, y con el cuchillo todavía en la mano le dijo a su amigo: -Vos sabés que las mujeres vienen a ser como las cebollas, o las cebollas como las mujeres, no sé bien, la cuestión es que van de la mano. Porque después de las primeras tres o cuatro, ya sean cebollas o mujeres, ya no llorás más. Solo te queda una increíble alergia generalizada.-

Y cerró con un: -En fin, feliz cumpleaños che! Ahora sí podés decir que sos un poco más grande-.

(y en ese momento supo que su plan de endurecerse estaba dando sus primeros frutos)

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